Para que se configure un delito de estafa, se deben cumplir ciertas condiciones. Primero, se debe presentar un engaño precedente o concurrente a la defraudación. El engaño debe ser suficiente y proporcional para que la persona que engaña pueda lograr el objetivo que se ha propuesto. Si bien el engaño debe ser suficiente para engañar a personas de mediana perspicacia y diligencia, no cualquier engaño es suficiente. El segundo requisito es que el engaño provoque un error esencial en el sujeto pasivo, creando un conocimiento deformado o inexacto de la realidad. Como resultado del engaño y el error, debe ocurrir un acto de disposición patrimonial que provoca un perjuicio económico. Por último, el delito de estafa exige que haya un ánimo de lucro por parte de la persona que engaña.
Además, se consideran como delito de estafa la manipulación informática con el objetivo de realizar transferencias no consentidas en perjuicio de un tercero, la fabricación, posesión o facilitación de programas informáticos para cometer estafas, y el uso de tarjetas de crédito o débito o cheques de viaje para realizar operaciones perjudiciales al titular o a un tercero.
También se puede configurar el delito de estafa por omisión, en el que el sujeto obligado a evitar el error de la víctima no lo hace, tomando una actitud pasiva.
La cuantía defraudada es un factor a tener en cuenta al imponer la pena por el delito de estafa. Si la cantidad no supera los 400 euros, la pena será de multa de uno a tres meses. Para cantidades superiores, se considerarán otros factores como el quebranto económico causado al perjudicado, la relación entre el perjudicado y el defraudador y los medios utilizados para cometer el delito.
En resumen, el delito de estafa requiere engaño, error esencial, acto de disposición patrimonial, ánimo de lucro y una cantidad defraudada. Además, existen otras acciones que también se consideran como delito de estafa, como la manipulación informática y el uso de tarjetas de crédito o débito. También se puede configurar el delito de estafa por omisión.