Caso de éxito: cuando la conformidad mediante un acuerdo inteligente puede evitar una condena severa

El pasado 5 de septiembre participamos en lo que la nueva Ley de Eficiencia Procesal 1/2025 ha denominado audiencia preliminar, un acto previo al juicio oral destinado a depurar cuestiones procesales, de forma similar a la audiencia previa en el ámbito civil.

Nuestro cliente, ciudadano alemán de vacaciones en Mallorca, se enfrentaba a una acusación por un delito de atentado, un delito de lesiones y tres delitos leves de lesiones contra cuatro personas —dos de ellas agentes de policía—. La pena solicitada ascendía a 30 meses de prisión y 9 meses de multa con cuota diaria de 6 euros (1.620 euros), una condena en principio no susceptible de suspensión. Además, uno de los agentes se personó como acusación particular reclamando una indemnización por las lesiones sufridas.

Ante la solidez de las pruebas en contra y el riesgo cierto de una condena de prisión efectiva, entendimos que lo más conveniente para proteger los intereses del cliente era explorar la vía del acuerdo.

Iniciamos entonces un proceso de negociación con la acusación particular, que se dio por satisfecha con el pago de la indemnización correspondiente. Gracias a ello, renunció expresamente a ejercer acciones penales y civiles en la propia audiencia preliminar.

Con este avance, la estrategia se centró en alcanzar un entendimiento con la Fiscalía. Alegamos que, en el momento de los hechos, nuestro defendido se encontraba en un estado de fuerte intoxicación etílica, lo que justificaba la aplicación de una eximente incompleta. A ello añadimos que el daño causado había sido reparado antes de la celebración del juicio, tanto mediante el ingreso en el juzgado como con el pago directo a la acusación particular.

El resultado fue un acuerdo altamente favorable: de una petición inicial de 30 meses de prisión y 9 meses de multa a 6 euros diarios, se pasó a una condena de 6 meses de prisión suspendida, inhabilitación para el sufragio pasivo, 6 meses de multa por el de lesiones básico y 1 mes por cada uno de los tres leves de lesiones, a 5 euros diarios. En la práctica, la pena privativa de libertad quedó reducida a una quinta parte de la inicialmente solicitada y sin ingreso efectivo en prisión. La satisfacción y alivio de nuestro cliente fueron inmediatos.

Este caso ilustra cómo, en ocasiones, un buen acuerdo puede ser más valioso que la incertidumbre de un juicio oral, especialmente cuando las pruebas incriminatorias son contundentes y la pena solicitada no es susceptible de suspensión. En tales supuestos, el interés en preservar la presunción de inocencia cede frente a la seguridad jurídica que ofrece un pacto procesal sólido. La conformidad no debe verse como una claudicación, sino como una herramienta procesal que, bien empleada, puede marcar la diferencia entre una condena devastadora y una solución equilibrada. Saber cuándo negociar y cuándo combatir es la verdadera esencia de la defensa penal estratégica.

Un juicio no siempre se gana en sala, sino también en la mesa de negociación. Por eso, en FukuroLegal analizamos cada asunto con detenimiento para presentar a nuestros clientes la estrategia que mejor proteja sus intereses. A veces esa estrategia pasa por combatir la acusación hasta el final, pero en otras —como en este caso— el camino más eficaz es alcanzar un acuerdo inteligente y beneficioso.